Moncagua - visitando El Capulin

Llegas a la terminal de oriente, abordas la ruta 304 que te lleva a San Miguel, luego en el parque municipal de San Miguel  abordas la ruta 90, esta te llevará al municipio de Moncagua.

Es un municipio muy bello y con personas muy amables, solo que no estan aprovechando sus recursos para orientarlos al turismo, por lo que su belleza esta en bruto, sin pulir por decirlo de alguna forma, asi que si quieres ir a un pueblo donde todo es simple, moncagua es una buena opcion, es un municipio donde no hay negocios esperandote para venderte cosas, donde encontraras personas abiertas a una buena conversacion y como olvidar las piscinas de "El Capulin" que son llenadas de una naciente natural y que tiene piso de arena de piedra poma, moncagua tiene toda la belleza de un pueblo.

Lo primero que vi al llegar al municipio fue el típico parque de pueblo, muy bien cuidado en cuanto a jardinería hablamos y con una par de señores muy abiertos al dialogo, contaron lo pacificas que pueden llegar a ser las tardes y lo mucho que se invertía en cuidar el césped del parque. La verdad soy un fanático del pasto y me llego al alma la extensa porción del parque dedicada para él, así como el verde intenso de sus hojas que denotaba el cuidado que la alcaldía tenía en la jardinería del lugar.
En cuanto a la alcaldía, podríamos decir que no era nada ostentosa, solo poseía los retoques necesarios para que se supiera que era alcaldía, lo que si me extrañó fue la sencillez de la iglesia municipal, tendrías que verla tú mismo, es incluso más pequeña que una iglesia promedio y su única decoración son los campanarios a sus lados y el número 1868 arriba de la entrada, que asumo es el año cuando se edificó la iglesia.

La caminata tuvo su gracia, fueron 900 metros, pero iba saludando a las personas y viendo la arquitectura de las casas, habían casas más engalanadas que otras pero nunca perdiendo el carisma de un pueblo, incluso sentí aquel olor a basura a hojas quemadas que es tan común en estas zonas  y que me recuerda a mi infancia que disfruté en Jiquilisco un bello municipio del que ya hemos hablado antes, personas en bicicleta y morenitas de muy buen ver eran lo que adornaban esta calle principal que terminaba en el turicentro "El Capulin", no es que no contaran con mi astucia, pero la entrada es gratuita y la diversión depende de que tanto quieres disfrutar el lugar. Era una misma piscina partida en tres partes y la primera de ellas contaba con una cueva de 20 metros de longitud, de donde estaba la vertiente que nos proveía el agua. El piso es de arena, pero según cuentas los nativos, no es arena común, sino que es arena de piedra poma, por lo que caminar allí causa un efecto exfoliante en la planta del pie, además de los pececitos que te mordisqueaban las piernas: en serio esto es una experiencia de acercamiento a la naturaleza.